Trump pausa los aranceles recíprocos: ¿una nueva jugada en su “arte de negociar”?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió a la comunidad internacional al anunciar este 9 de abril una pausa de 90 días en los aranceles recíprocos que había impuesto a varios de sus principales socios comerciales. Esta decisión fue interpretada por algunos como una muestra de apertura al diálogo, mientras que otros la ven como una jugada estratégica dentro de su ya conocida política de presión económica.
Según explicó Trump, la medida se da después de que más de 75 países solicitaran negociaciones directas con su administración. Como resultado, se aplicará una reducción temporal de aranceles al 10% para naciones como la Unión Europea, cuyos productos enfrentaban un gravamen del 20%.
Sin embargo, China fue excluida de esta tregua comercial. Al contrario, Trump aumentó los aranceles a productos chinos al 125%, con efecto inmediato. Esta decisión refuerza la postura del expresidente frente al que considera el mayor rival económico de Estados Unidos.
Durante el anuncio, Trump declaró con tono irónico que los países «están haciendo todo por complacerlo», mientras justificaba el movimiento como una reacción ante el temor global que ha provocado la caída de los mercados bursátiles. Para él, este tipo de presión es parte esencial de su estrategia.
¿Otra lección del “arte de negociar”?
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, defendió la postura del exmandatario, asegurando que estas concesiones forman parte del “arte de negociar”, una filosofía que, según él, pocos comprenden pero que ha dado resultados a lo largo del mandato de Trump. Afirmó también que el objetivo es renegociar con países que tienen déficits comerciales significativos con Estados Unidos.
La pausa en los aranceles recíprocos genera nuevas preguntas sobre el rumbo de la política económica estadounidense y sobre si esta estrategia será efectiva en fortalecer la posición del país en el comercio internacional. Por ahora, la Casa Blanca sostiene que esta es solo otra muestra del enfoque disruptivo de Trump en la geopolítica económica.