Trump arremete contra obispa que defendió a migrantes y minorías LGBTIQ+

 Trump arremete contra obispa que defendió a migrantes y minorías LGBTIQ+

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó duras críticas contra la obispa Mariann Budde de la Iglesia Episcopal tras un servicio religioso en el que ella pidió clemencia para migrantes y personas de la comunidad LGBTIQ+ durante su mandato. Trump calificó a Budde como “radical de izquierda” y “no inteligente”, respondiendo a sus exhortaciones por tratar de proteger a las comunidades que se sienten amenazadas por su regreso a la Casa Blanca.

En un tenso intercambio, la obispa, quien fue la primera mujer en ocupar el cargo de obispa diocesana de Washington, pidió públicamente a Trump durante un servicio religioso en la iglesia que tuviera piedad de los migrantes, incluidos aquellos sin documentación y los miembros de la comunidad LGBTIQ+. Budde resaltó el miedo de muchos jóvenes LGBTIQ+ y de inmigrantes que trabajan en sectores esenciales de la economía estadounidense, recordando la falta de apoyo y las políticas de deportación que el presidente promueve.

Trump, por su parte, no solo respondió con palabras duras, sino que a través de su red social Truth Social, continuó atacando a la obispa, acusándola de ser una “radical de izquierda” que no tenía base en sus argumentos y de haber convertido un servicio religioso en un acto político. Además, hizo énfasis en su visión de los inmigrantes, a quienes, según él, se les debía menos protección y más control.

El conflicto entre Trump y Budde resalta un punto crítico en su presidencia: la fuerte oposición de grupos progresistas a sus políticas, especialmente en lo relacionado con la inmigración y los derechos de las minorías. Las políticas ejecutivas que Trump ha promulgado desde su segunda investidura, incluyendo las que revocan protecciones para personas transgénero y terminan con programas de diversidad, están creando una gran división en el país.

Además, Trump firmó una serie de decretos que modifican las normas sobre identidad de género, limitando la definición de género a una binaria (masculino y femenino) y retirando el financiamiento para procedimientos de transición de género. Estas órdenes también afectaron a la comunidad inmigrante, con medidas más severas contra los migrantes indocumentados y un intento de eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento.

Esta tensión refleja un periodo complicado para las políticas en Estados Unidos, donde los conflictos entre la administración Trump y diversos grupos sociales continúan siendo un tema central. Las reformas propuestas están teniendo un impacto directo en la vida de millones de personas, particularmente en las comunidades vulnerables.